Esta rosa que pongo entre tu mano
es una breve rosa sin espina.
Y esta canción de oscura golondrina,
como la flor, es un presente vano.
Porque un día, este día de verano
con su sol y su tarde diamantina,
se tornará frontera de neblina
y yo estaré lejana y tú lejano.
Apenas de la rosa por su huella
de perfume, dirás: cómo era ella
que así me duele de invisible espina?
Y yo al fin en el verso recordando,
sin comprenderlo bien, iré olvidando
entre rosa, perfume y golondrina.