Hay momentos en que las manos de la mujer enamorada en la distancia, tiemblan al escribir sus cartas que atravesarán los océanos del mundo, y ella se quedará allí en su rinconcito natal como una novia blanca, sintiendo que un muro le aprisiona la garganta, desgarrándola hasta el último aullido. Son cartas y mensajes salidos del alma que volarán en las alas de la imaginación y de la ilusión más pura a muchos kilómetros de distancia geográfica y en los que quisiera ella meter su corazón para volar hacia el ser amado.
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