Padre, ya no te tengo conmigo pero quiero decirte viejo del alma, que aunque ya no camine a tu lado tu recuerdo está grabado en mi memoria.
Te fuiste querido padre y estoy segura que desde donde tu estés, me querrás agarrar de la mano para transmitirme con tu contacto, el amor que siempre sentiste desde el fondo de tu corazón.
Me hubiera gustado hablarte, contarte mis sentimientos pero sufro al recordar que te fuiste antes de tiempo.
Sólo hoy quiero decirte que yo te respeto y admiro y que para mí en la vida fuiste más que un padre… un amigo.