Fenómenos psíquicos
El tema de las “presencias” es uno que está más salpicado de superstición que de datos veraces, por eso creo que será necesario hablar algo de este asunto. Muchas veces se dan explicaciones a ciertas cosas que son producto más de la creencia que del conocimiento. También hay ocasiones en que nuestra mente crea cosas de manera inconsciente porque tenemos un potencial de la mente desconocido y no controlado. Si a alguien le decimos que está produciendo ciertas cosas con su mente nos lo negará, porque no es consciente ni lo hace queriendo. Una definición de milagro puede ser: “Un efecto percibido de una causa no percibida”. Esto quiere decir que todo efecto tiene su causa, y que también hay ocasiones en que nuestra mente es la causa de muchos efectos, y que somos conscientes de éstos pero no de aquélla.
Decartes, el tan conocido filósofo del siglo XVII, en “Meditaciones metafísicas”, explicaba de manera muy singular la relación que existe (lo diré con mis palabras y con humor) entre el dedo gordo del pie derecho y el ojo izquierdo. A primera vista parece una broma, ¿qué relación va a tener una cosa con la otra? Pues si la tiene, porque si te dan un buen pisotón en el dedo gordo del pie derecho se te sale una lágrima del ojo izquierdo. Cuando Descartes explicó el por qué de esto, aún no había nacido Ramón y Cajal, quién nos enseñó algo sobre un tejido nervioso y que más tarde sirvió para estudiar la sinapsis neuronal, es decir, el paso de una corriente nerviosa de una neurona a otra y de una neurona a un tejido del organismo. Al no disponer de esta explicación y conocimiento del tejido nervioso, Descartes lo explicaba de esta manera: Como los espíritus contenidos en el dedo gordo, al ser presionado éste, perdían su espacio, se amontonaban y pujaban por salir por algún lado, de esa manera recorrían la pierna y ascendían en busca de una salida, como si los espíritus sobraran debido ala reducción del espacio, de ahí que salieran por el lacrimal en forma de gotitas.
Pues de esa misma forma hoy podemos estar llamando espíritus a otras cosas que no tienen nada que ver. Es muy curioso que en pleno siglo XXI, aún mantengamos una forma de pensar bastante primitiva.
Hay un grupo de fenómenos que podemos reproducir al interaccionar las mentes, éstos se presentan como algo visual, olfativo, auditivo o táctil. Repasemos los siguientes enunciados para ver si hemos experimentado alguno de ellos:
- ¿Sin venir a cuento de pronto has notado que en la pantalla de tu conciencia visual aparece una figura, un objeto o el rostro de una persona?
- ¿No has puesto tu cabeza en la almohada dispuesto a dormir y has escuchado una música lejana? Levantas la oreja de la almohada para escuchar mejor y resulta que no oyes nada. Vuelves a poner la oreja en la almohada y vuelves a oír.
- ¿Has sentido un aroma en tu habitación de un perfume que no has usado, un olor a incienso o a monte, colonia, etc.?
- ¿No has sentido alguna vez como si alguien te llamara con claridad, pronunciando tu nombre, te has dado la vuelta y no ha habido nadie?
- ¿Has sentido alguna vez como si alguien te tocara o como una corriente de aire, de frío o de calor, como si alguien hubiera pasado por tu lado?
¿A qué es debido esto?
La explicación es muy simple y se puede experimentar a voluntad si quedas con una persona, amigo o familiar y realizan experimentos de conexión.
Cuando una persona piensa fuertemente en ti, su pensamiento lo vas a percibir como algo de naturaleza visual, auditiva, táctil u olfatoria. el pensamiento en si no tiene olor, ni forma ni figura, etc., pero cuando es captado por la pineal su energía se convierte en energía nerviosa, y pasa al sistema nervioso neurovegetativo, de ahí a la médula espinal que lo sube hasta la corteza cerebral donde se encuentran los centros nerviosos de los sentidos físicos. Pero no siempre están activados estos centros de la misma manera, de forma que unas veces está más activo el sentido de la vista que el resto, o el sentido del tacto que el resto, el del olfato, etc. De ahí que un pensamiento se pueda percibir unas veces como imagen y otras como olor o como sonido o como algo auditivo.
Hagan la prueba, reúnan un grupo de personas, permítales que se relajen a través de unas respiraciones neutras, y uno de la sala escribe el nombre de un objeto en una hoja de papel. Esta persona se concentra en el objeto y se lo transmite vía pensamiento al resto que está relajado y receptivo. Después de un par de minutos coja una hoja de papel, ponga como titulo los sentidos físicos: vista, oído, olfato, tacto, gusto (nunca se aprecia el gusto), y anote debajo de cada sentido las veces que su pensamiento fue percibido como algo visual, auditivo, etc. Verá que su pensamiento es registrado por los receptores de distinta formas.
Luego pídales que tomen varias respiraciones positivas, esto es con retención del aire en los pulmones todo el tiempo que sea posible. Mientras retienen la respiración con los pulmones llenos, pídales que junten los tres primeros dedos de cada mano y presionen suavemente las sienes con los ojos cerrados, quitan las manos para respirar de nuevo, y cuando tienen los pulmones llenos vuelven a presionar las sienes, así durante unas tres veces. Luego vuelva a pedirles que se queden receptivos, y el emisor se vuelve a concentrar en el mismo objeto anterior durante unos dos o tres minutos, tratará de emitirles el mismo objeto vía pensamiento.
Luego coja otra vez papel y lápiz y anote las veces en que percibieron algo colocando lo que digan debajo del sentido referido. Verá que ahora la captación visual aumenta, porque el ejercicio de la respiración y los dedos presionando las sienes estimuló el centro nervioso de la visión.
Verá, si comprende y experimenta esto, que no se trata de espíritus burlones, sino de vibraciones del pensamiento que estamos captando continuamente seamos o no conscientes de ello.
La respiración neutra es inspirar lento y profundo y espirar despacio a continuación, sin retención. La respiración positiva es inspirar lento y profundo y aguantar el aire en los pulmones todo el tiempo que sea posible. El esfuerzo de esta respiración no está recomendado para las personas con problemas cardíacos. La respiración negativa con la aplicación de dedos en cierta zona es para controlar asuntos desagradables de nuestra experiencia.
Este fenómeno de visión psíquica o audición psíquica, olfato psíquico, etc., es distinto a otros fenómenos que producimos sin darnos cuenta y que entrarían en otro rango, pues ya no estamos hablando de captación del pensamiento de alguien, sino de nuestras propias creaciones mentales inconscientes.
No soy partidario del juego de Ouija, porque la gente que lo practica no conoce los mecanismos de la mente ni de la neurotransmisión, y lo sorpresivo del asunto les hace pensar en espíritus y cosas raras. Si le pregunta a estas personas si son ellos los que mueven el brazo jurarán que no son ellos, pero si lo hicieran con electrodos de un electro miógrafo adheridos a los músculos del brazo, el aparato registraría el movimiento neuromuscular que ellos niegan admitir, y es que voluntariamente no están moviendo los músculos, no tienen la voluntad consciente de hacerlo, pero lo hacen sin darse cuenta. ¿Cuántas cosas más no hará nuestra mente sin que seamos conscientes de ello?
Los fenómenos psíquicos que aquí estamos tratando conciernen a las vibraciones del pensamiento e involucra el sistema nervioso central (SNC) y el sistema neurovegetativo, así como al hipotálamo y el espacio neuroendocrino del cerebro. Recordemos que Jung decía que el temor es real por cuanto produce en nosotros cambios fisiológicos. Estos fenómenos también son reales, pues siguen el mecanismo de cualquier vibración que captamos y que producirá también en nosotros algunos cambios fisiológicos. Recuerden también o siéntese y experimente, el efecto que produce en su cuerpo el escuchar una marcha militar o una sonata relajada, un canto religioso o fúnebre. El sonido es el sonido, son vibraciones de determinada longitud de onda, sin embargo, dependiendo de la frecuencia vibratoria repercutirá de manera distinta en nosotros. Toda vibración, sea de sonido, de luz o de cualquier otra índole, entra por el cerebro y es registrada en el espacio neuroendocrino, el hipotálamo actúa como una lente cóncava o convexa, es decir, según nuestra educación y estado de ánimo va a darle una determinada dimensión a aquello que registra, de allí se emiten señales al sistema neurovegetativo que actúa sobre la musculatura haciendo que nos relajemos o nos contraigamos. Precisamente aquí está la importancia de usar una música suave para nuestros períodos de meditación, para que actuando en el sistema nervioso actúe también, por resonancia, en nuestra psique.
El pensamiento es energía y actúa en nosotros con el mismo recorrido que una onda de luz o sonido, en este caso, el sistema nervioso neurovegetativo o “gran simpático”, es como una antena que capta pensamientos de otras personas. Las glándulas por su parte, además de la función endocrina, son verdaderos centros psíquicos que captan ondas que se hayan en una dimensión más allá de las normales de nuestro medio ambiente, y específicamente la glándula pineal, la podemos considerar como la gran antena de esa dimensión psíquica.
El pensamiento en si no tiene color, ni voz, ni olor, es de una longitud de onda en que tales cosas no se aprecian, sin embargo, al ser esa onda captada por el cerebro, dependiendo del centro nervioso que esté más activo en ese momento, lo transforma en algo de naturaleza visual, olfativa, acústica o táctil. Es igual que la luz y el sonido, como el ejemplo de los tipos de música mencionado arriba.
Estos fenómenos no tienen nada de misteriosos, ocurren muchas veces al día, el misterio es añadido al no conocer cómo funcionan las vibraciones. Otro tipo de fenómenos producidos por alteración de la psique aunque sea de manera inconsciente, no entran en este rango de fenómenos psíquicos.