Nunca tocaste mís manos
pero puedo sentirtirlos
entrelazadas a las mías
cada vez que hablamos.
Nunca rozates tus labios
con mis labios,
pero puedo sentir
la tibieza de tu boca
en cada beso
que en la imaginación
nos damos.
Nunca ví tus ojos,
pero siento tu mirada
atravesarme el alma.
Autor: Mary Torres