Ni las emotivas canciones ni las imágenes de Michael Jackson en mejores tiempos fueron tan conmovedoras como las palabras: “Papi fue el mejor padre que se puedan imaginar”, de su hija Paris Jackson, quien luego rompió en llanto.
Un féretro dorado con rosas rojas trasladó los restos del cantante, fallecido el 25 de junio, a la multitudinaria despedida en el Staples Center de Los Ángeles, que fue presenciada por más de 11 mil asistentes y por millones de personas alrededor del mundo, a través de televisión e Internet.
El último adiós al rey del pop comenzó a eso de las 11.30 horas, luego de que sus restos fueran transportados por casi 20 kilómetros desde el lugar de la ceremonia privada, en el cementerio Forest Lawn.
Rodeado por su familia (incluidos sus tres hijos, Paris, Prince Michael I y Prince Michael II), y famosos como Kobe Bryant, Larry King, Mariah Carey, Usher, Stevie Wonder, Wesley Snipes, Lionel Richie, Magic Johnson y Brooke Shields, entre otros, el astro yació en su ataúd frente al público y ante un canto gospel de Aleluya, con el cual comenzó el acto que duraría dos horas.
Uno de los primeros discursos fue el del líder sudafricano Nelson Mandela, quien envió un comunicado.
Después, Mariah Carey interpretó I’ll be there, seguida por otros artistas como Lionel Richie, Stevie Wonder y Jennifer Hudson y Usher, quienes también le rindieron homenaje a través del canto.
En medio de las interpretaciones, amigos de Jackson pasaron al escenario, para exaltar sus méritos y disculpar sus errores.
Afuera del recinto, miles de seguidores se congregaron para despedirse del cortejo. No fue extraño ver a muchos de ellos llorar. Extrañamente, tres horas después de terminada la ceremonia no se sabía aún el destino final de los restos del extinto “Rey del Pop”.