El futuro nunca se ve de modo realista. Cuando pensamos en cómo será nuestra situación en el futuro, nuestros cerebros se imaginan detalles poco realistas y dejan fuera otros que pueden ser importantes. En consecuencia, nos inclinamos por igual a pasar por alto tanto dificultades como oportunidades cuando planificamos nuestras vidas.
Sólo consume el equivalente a dos plátanos. Todo el consumo de energía puede medirse con la misma unidad de potencia: el vatio. El cerebro sólo emplea 12 vatios, menos que la bombilla de su nevera, pero puede hacer mucho más. Cada día el cerebro utiliza la cantidad de energía que contienen dos plátanos grandes. No es mucha potencia, pero es una gran proporción del presupuesto energético de todo el cuerpo, que es de unos 70 vatios.
Dispone de una especie de reloj. Cuando realizamos vuelos de larga distancia hacia el este o el oeste, este reloj tarda algún tiempo en ponerse en hora. Permanecer despierto no pone en hora el reloj, pero la luz sí cambia su hora. La luz fija el reloj interno según la hora que el cerebro calcula. Por lo general, cuando es por la tarde en el lugar del destino de un viaje, la luz pone en hora el reloj cerebral de forma correcta, independientemente de que se haya viajado al este o al oeste. No obstante, no es bueno viajar demasiado.
Atravesar muchas zonas horarias más de dos veces al mes es peligroso para la salud, pues puede ocasionar daño cerebral y problemas de memoria, probablemente debido a las hormonas del estrés.