Quisiera ser la lágrima que brote de tus ojos para salir de ti y no volver jamás, quitándote esa pena por la que sufres mucho de no ver en tu alma un nuevo amanecer.
Quisiera que sonrías al recordar momentos, residuos de ilusiones que viven en tu ser, no en vano has aprendido que la vida pasa y pasa el destino hay que aceptarlo y no hay que lamentar en la paz hay alegría y en la alegría hay amor.
La flor al amor se asemeja y hay que regarla para que no muera y después en un libro poderla guardar como en un refugio aunque esté seca para cuando llegue el otoño, su recuerdo no se separe de ti.