MAÑANA LUMINOSA
Abriste los ojos viste mis manos y llegaste como el sol al prado.
Te cubrí de paz tu de dorados besos tibios, abundantes.
Tantos, tantos que no tienen fin; los guardo entre mis alas,
de nubes y viento. Preciados regalos que son míos de nadie mas.
Abro mis manos y convertido en mañana luminosa dejas atrás la noche.
Isela
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