Quedarse en la cama una hora más,
en una lluviosa mañana de sábado es muy agradable.
Sin embargo, si te quedas en la cama todo el día,
deja de ser agradable.
Estar cómodo es placentero hasta cierto punto.
Más allá de él, la comodidad deja de ser atractiva y
de hecho puede convertirse en algo muy desagradable.
Demasiada comodidad puede ahogar tu vida.
Quedarte todo el día en la cama te haría sentir desanimado.
Como ese, el placer de cualquier comodidad
se desvanece rápidamente.
Finalmente te preguntarás,
"¿Qué tiene de maravilloso estar atrapado en la comodidad?"
Y no te resultará fácil encontrar una respuesta.
La comodidad se puede disfrutar.
Pero por suerte ese disfrute no perdura indefinidamente.
No importa cuán cómodo puedas estar,
pronto sentirás hambre de vida, de desafíos,
de tener la oportunidad de marcar una diferencia.
Presta atención a esa insatisfacción.
Sal de tu cama cómoda y calentita
mientras aún la sientas cómoda y calentita.
Deja tu zona de confort antes de que te ahogue.
En la vida hay tanto más que tan sólo confort.
¡Vívelo todo, intensamente.!