MIEDO A SER FELIZ
Todos tenemos miedo de vivencia nuestras potencialidades más positivas, tenemos miedo de llegar a ser lo que podemos atisbar en los momentos de mayor perfección y coraje.
Seguramente, para muchas personas es así; ser feliz se convierte en algo inalcanzable porque les asusta conseguirlo. Pero, ¿ a qué se debe este miedo? La respuesta está en las creencias en las que basamos nuestras identidad más profunda.
Hay muchas personas que tienen un concepto de sí mismas muy negativo, creen que no merecen nada o que no pueden hacer cosas valiosas e, incluso, que no tendrían que existir.
Estos conceptos negativos de uno mismo son más comunes de lo que pensamos. Cuando un niño no encuentra en sus padres una respuesta afectiva, es muy fácil que desarrolle la idea de que no tiene derecho a ser amado o que no tiene capacidad para conseguir nada.
Alguien con estas ideas negativas no intentará ser feliz. Es como si partiera de la posición del perdedor.
Son creencias las que logran que el miedo nos paralice y que no nos arriesguemos a hacer cosas nuevas, a conseguir nuestros deseos.
Y si nos arriesgamos, no aprendemos, no generamos experiencias gratificantes, nos quedamos bloqueados y estancados, con la consiguiente frustración.
Para salir de este círculo vicioso es necesario pasar a la acción, hacer las cosas que uno desea despacio y a pesar del miedo, atreverse a realizar nuevos aprendizajes.
También hay personas capaces de llevar a cabo todo lo necesario para conseguir sus sueños, pero cuando están a punto de lograrlo, abandonan. Exageran la responsabilidad del éxito. Es como si estuvieran preparados para el esfuerzo pero no para el disfrute. Creer que tenemos tanto la capacidad de experimentar el sufrimiento como placer, y que las dos cosas pueden ser igual de buenas, nos puede ayudar a no tener miedo a ser felices.
TODO SER HUMANO TIENE DERECHO A DISFRUTAR DE LA VIDA. ESTA CREENCIA ES LA BASE PARA PODER LLEVAR A CABO NUESTROS SUEÑOS......
Tenemos que darnos pequeños placeres de vez en cuando. Así aumentará nuestra satisfacción y al comprobar que no somos castigado por ello, iremos por deseos más grandes.
. Ines B Citro Albizu
|