Mi boca busca el estallido de ese beso línea sublingual que marca desde donde me perteneces. Mis manos, ahorcajan el grito de tu piel cuando la desesperación es libido derramada.
Mi ritmo desata el desenfreno del tuyo que agitado descansa en la cresta del deseo. La mirada que perfora la mirada,
el olfato absorbiendo al instinto el clímax derribándolo todo.
Y el deseo de volver a empezar cada vez que trasciendes y te alojas en el fuego de mi cuerpo.