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General: El templo del maestro
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: anidar  (Mensaje original) Enviado: 01/11/2009 10:40

El Templo del Maestro

 

 

 

Con actitud reverente nos disponemos a cruzar el umbral del templo para con fervor dovocional encontrar al maestro del templo que sale a nuestro encuentro en la misma y justa medida en que nosotros caminamos hacia él. Como mortales hemos de utilizar las condiciones materiales de tal templo, y al mismo tiempo, cuando éstas nos estorban, debemos prescindir de ellas creando, en algunas ocasiones, una lucha entre nuestra naturaleza más burda y aquella de pureza perfecta. La búsqueda de esta unión o armonía entre las partes nos será dada si entramos en el interior de nuestro templo, pues allí el maestro nos susurra al oído lo que debemos hacer.

 

En nuestra vida aprendemos los hechos que se refieren a la materia en general, los secretos de la naturaleza, sus ciclos, ritmos y vibraciones. Con una comprensión abierta llegamos a saber reducir su impetuosa actividad, así preparamos nuestro cuerpo y nuestra mente para la llegada del maestro. Más adelante aprendemos las leyes y principios para perfeccionar nuestro templo. Poco a poco vamos preparando el lugar para que los millones de células puedan servir al propósito que conscientemente hemos demandado.

 

El maestro reside dentro de este templo. ¡Que bellamente expresado!: Dios de nuestro corazón, Dios de nuestra comprensión, y si alguna vez logramos trascender el umbral y entrar en la última cámara, la más interior, habremos realizado la idea de que Dios nos hizo a su imagen y semejanza.

 

Pero el maestro interno aún está aprisionado. No podemos imaginar que este maestro desee abandonar el templo que aún le sirve para sus propósitos, pero si podemos pensar que si él no establece la misión que tiene encomendada por las limitaciones del propio templo quiera abandonarlo. Si se siente constreñido en limitadas paredes que impiden su manifestación querrá salir fuera de sus cámaras y abandonar el cuerpo viejo e imperfecto haciendo trascender su esencia hacia otra morada más perfecta.

 

“El reino de los cielos está en nosotros”. Esta frase quiere indicar que nuestra búsqueda debe dirigirse a la realización consciente de esta idea. “Dentro del niño, con su primer aliento entra el alma de Dios”. Quiere decir que la mente cósmica y la personalidad del maestro quedan impregnadas, cosidas a nuestras carnes. Dicho de otro modo, aquello que somos toma materia, pero esta materia debe aprender a manifestar aquello que somos.

 

El maestro debe esperar que el nuevo templo aprenda a servirle. El vigila la salud del templo, él inspira el corazón para el ser bondadoso, el cerebro para pensar, él espera con paciencia la hora en que le digan: maestro, este templo sagrado es tuyo, está santificado para ti, haz lo que te plazca, soy tu servidor.

 

Pero ¿cuántos templos han sido profanados, cuántos relegados al olvido? ¿Pasamos  unos minutos al día en santa abstracción tallando las piedras de nuestro templo, o permitimos que los materiales se oxiden, que las piedras tomen la línea y diseño que les parezca sin orden y sin sentido? Cuántos maestros han sido rudamente tratados y echados de sus sanctums de un templo joven, intoxicados por sustancias irritantes que minan la estructura y función del templo…..Y el maestro interno esperando, y viendo que el mismo trono en que Dios mismo lo puso se desmorona bajo sus pies. Un cerebro precioso que la naturaleza nos dio para crear funciones en orden ha sido alterado y no es capaz de pensar correctamente. Otros, atiborrados de datos, miran por encima del hombro y usan tan precioso órgano solo para decirse a si mismos lo grandes que son….y el maestro esperando.

 

Y viendo como su templo es maltratado por los que pretenden saber más que Dios y que él acerca de su construcción y cuidados. Viendo que ya no le dejan guiar a aquel niño como lo hacía cuando éste era pequeño. Ya al niño no se le enseña a tener un corazón bondadoso, ahora le transmiten falsos conceptos relativos a su naturaleza y propósitos….y el maestro esperando.

 

Y cuanto sufrimiento en la larga espera, y cuanta paciencia, cuantos días desaprovechados….y el maestro esperando. ¡Oh!, qué maestro encontramos dentro del adulto humano. Se le mantiene ciego, sordo y mudo, ciertamente, esta no es maestría, nuestro Dios colocó ahí al maestro para reinar y gobernar, para guiar y dirigir, para hablar y ser escuchado, para ver y comprender, oír y percibir a través de las facultades psíquicas, las cuales tenían las mismas potencias y desarrollo que las objetivas, cuando al principio entró el maestro en el templo y que ahora se encuentran paralizadas, restringidas y han sido negadas por el majestuoso hombre adulto y material. ¿No es este un cuadro digno de serio estudio y contemplación?

 

Seamos niños de nuevo, el maestro está esperando.

 

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: Yasuri Enviado: 01/11/2009 14:45
 

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Cecill Enviado: 02/11/2009 04:55

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: SoyMóni Enviado: 02/11/2009 07:32


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