EL SOLSTICIO DE INVIERNO
Después de un frío otoño en el hemisferio norte, entramos en el invierno, el momento en que la naturaleza se oculta para luego producir el parto de sus entrañas en una esplendorosa primavera. Pero la oscuridad de la tierra es solo aparente, pues en el solsticio de invierno es cuando la tierra se inclina hacia el sol, hecho que culmina el 24 de junio con San Juan, el día más largo del año y la noche más corta. Es curioso, el cristianismo importó de la Antigua Roma la festividad del dios Jano, el dios bifronte, y ha separado sus caras, una la ha puesto en la entrada del solsticio de invierno y otra en la entrada del solsticio de verano, siendo en la iglesia la festividad de los juanes: el Evangelista y el Bautista.
En la entrada del solsticio de invierno tenemos también una mayor intensidad de la presencia vibratoria del Cristo Cósmico, hecho que en el cristianismo se ha aplicado a Jesús. Navidad es una palabra de origen latino: nativitas o nacimiento, en que los cristianos celebramos el nacimiento de Jesús. Sin embargo, en otras culturas y tradiciones encontramos que el 25 de diciembre es también la fecha de nacimiento de otros avatares y divinidades solares que se celebraban en la misma época astronómica. Buda, por ejemplo, así como Zoroastro, sitúa su fecha de nacimiento el mismo 25 de diciembre. El natalicio de Jesús, sin embargo, no se comenzó a celebrar un 25 de diciembre sino a partir del siglo IV, concretamente entre los años 354 y 360. En ese tiempo, el pontificado recaía en el Papa Liberio (352-366). Y el colocar esa fecha como nacimiento de Jesús estaba mediada por el hecho de que los romanos celebraban ese mismo día el nacimiento del Sol Invencible, un culto antiguo y popular que el cristianismo no pudo erradicar. Era la misma fecha en que todos los pueblos del hemisferio norte celebraban el solsticio de invierno.
El solsticio hiemal o de invierno es el momento en que el sol alcanza su cenit en el punto más bajo con relación a la tierra. A partir de ese momento, los días empiezan a alargarse y las noches a reducirse, que como habíamos dicho, culmina tal viaje hacia la luz el 24 de junio, momento en que el fenómeno es justamente al revés, se empiezan a acortar los días y a alargar las noches.
Solsticio significa "sol inmóvil" ya que e esos momentos el sol cambia muy poco su declinación de un día a otro para permanecer en un lugar fijo del ecuador celeste. El solsticio de invierno es el acontecimiento cósmico que vivifica la naturaleza con su luz y su calor, por esa razón, para las antiguas culturas representaba el nacimiento del sol, hecho que vemos luego reflejado en el despertar invernal de la naturaleza y que los seres humanos vemos renovadas las expectativas de obtener la gracia divina y de fertilidad renovada.
Desde un punto de vista místico, no solo observamos el solsticio de invierno como el nacimiento del sol, sino que al ser también el nacimiento de muchos avatares, una luz mística se apodera de los corazones y mentes de toda la humanidad, todos nos vemos influenciados por este aumento en la tasa vibratoria de esa luz invisible que los cristianos representamos con el nacimiento de Jesús. Es el momento de regenerarnos, de revisar nuestras cosas, de hacer nuevos propósitos, de ir a por muérdago para regalar, de encender hogueras o velas en los hogares, pues la luz ha nacido de nuevo en todos los corazones. Es el momento de compartir, de expandir nuestra luz, nuestra vida y nuestro amor con todos los seres.
Que el Cristo Cósmico te llene de Luz, de Paz y Alegría por siempre jamás.
Anidar