Tiene la huella de tantos años éste, mi rostro que estoy mirando. Desde mis días de piel muy tersa pasan los años por el espejo. Pasa la niña, pasa la joven la mujer madre, la mujer sola. Cada momento deja su huella queda grabada en el espejo. Una arruguita entre mis cejas dicen que algo no me contenta. Pasa la amante con esperanza, esa ya tiene mucho más tiempo, los ojos dulces, el aire alegre aunque una línea marque su frente. Todos son signos de sus vivencias no quitaría ninguna de ellas. Esta es la vida que nos trasciende si no vivimos, no quedan huellas.