Odio aceptar que la muerte es algo normal, que un segundo de la vida puede ser el último que vivas. Que la vida es sólo momentos buenos y la muerte es el deseo de desaparecer por causa de los momentos malos y menos deseados.
No quiero terminar mi vida sin haber conocido a más personas; y estar con aquellos que, en las buenas y en las malas, siempre estuvieron conmigo, que me apoyaron y aconsejaron cuando más lo necesité.
Por todo esto no quiero morirme sin haber podido estar con mi familia, mis amigos, y en especial con la persona que me enseñó a sentir cosas hermosas de la vida, del amor.
No quiero irme sin haber podido tocar, besar, sentirte y hablarte antes: decirte que fuiste y serás lo mejor que me haya pasado en la vida; que a tu compañerismo, tu comprensión, tu atención y tu confianza no la he encontrado en otra persona.