Pensamiento del 18/11/2009.
"Ser un espiritualista no consiste en practicar actividades
llamadas espirituales, como la meditación, la oración o el
estudio. Lo que caracteriza al espiritualista es la finalidad
que da a sus actividades, y esta finalidad debe ser la
realización de una idea, de un ideal superior. En cambio, cuando
precisamente vemos los motivos por los que cada vez más personas
se dedican a la práctica espiritual (dominar a los demás,
seducirlos, obtener éxito, dinero o gloria), tenemos motivos
para entristecernos e indignarnos.
Lo esencial es la finalidad. Así, cualquier actividad de la vida
diaria puede ser espiritualizada si sabemos cómo introducir en
ella un elemento divino mediante el pensamiento. Ser un
espiritualista no significa despreciar la materia. Ser un
espiritualista, es trabajar con la luz y para la luz, es
aprender a utilizar cualquier trabajo para entrar en armonía con
el mundo divino y unirse al Creador."
Omraam Mikhaël Aïvanhov