Pensamiento del 13/12/2009.
"Las raíces, el tronco y las ramas... Esto es todo lo que queda de
un árbol en invierno, después de que haya perdido las flores y
las hojas de la primavera y se hayan caído los frutos del
verano. Son pues las partes más materiales las que resisten y
permanecen a lo largo de todo el año, mientras que los elementos
más sutiles y delicados, sólo aparecen periódicamente. En efecto,
llega el año siguiente y aparecen de nuevo las hojas, las flores
y los frutos. Si no conociéramos las leyes que rigen la
naturaleza, podríamos inquietarnos ante el espectáculo de todos
estos árboles negros y desnudos. Pero estas leyes son conocidas
por todos, y cada cual espera la siguiente primavera para ver el
renacimiento de la vegetación.
Hagamos ahora una analogía: ¿a qué corresponden las flores, las
hojas y los frutos del árbol en la vida del hombre? A las
inspiraciones que le visitan de vez en cuando y que son las
manifestaciones de su alma y de su espíritu. Las inspiraciones
vienen y nos abandonan, y cuando nos abandonan, no debemos
desanimarnos. Puesto que nuestra alma y nuestro espíritu ya han
dado flores y frutos, florecerán y darán frutos de nuevo.
Debemos solamente trabajar, preparar las condiciones para que
estas flores y estos frutos sean cada vez más hermosos, más
perfumados y más sabrosos."
Omraam Mikhaël Aïvanhov