UNA QUEJA
Yo he buscado en la vida nobles seres En quienes descansar esta pesada Angustia mía, propia de mujeres; Pero no he sido nunca consolada.
La fiebre que agitaba mis arterias No fue motivo de piedad; más fuerte Siempre que los demás, tocome en suerte con manos finas restañar miserias.
Grandes dolores conocí, y no fueron Los más tremendos los que más mordieron Ni la crueldad y el odio recogidos.
Que acaso como nada me ha llagado Haber visto a los hombres a mi lado Pequeños y caídos.
ALFONSINA STORNI
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