En nuestra vida terrenal es difícil recordar que somos almas y no simples cuerpos físicos. Constantemente nos distraen, las ilusiones y desilusiones de este mundo.
Nos enseñan que el dinero y el poder, el prestigio y las posesiones materiales son de suma importancia y a veces incluso el motor de nuestras vidas.
Nos enseñan que para ser felices tenemos que lograr que los demás nos aprecien y nos respeten. Estar solos, nos dicen, es ser desgraciados.
En realidad somos seres inmortales que nunca se separan energéticamente de los que aman... tenemos almas gemelas y familias espirituales que son eternas!!!
Los espíritus guardianes nos guían y nos aman siempre nunca estamos solos.
Al morir no nos llevamos las cosas que poseemos; nos llevamos nuestros actos y nuestras obras, los frutos de la sabiduría alcanzada por nuestro corazón.
Cuando despertamos a la idea de que somos seres espirituales, cambian nuestros valores y por fin podemos ser felices y estar en paz.