Pensamiento del 02/01/2010.
"Para que la vida pase, para que la luz pase, para que las
corrientes celestes pasen, es necesario abrirles el camino. Todo
en la naturaleza destaca esta ley. ¿Por qué las piedras preciosas
son tan apreciadas? Porque dejan pasar la luz... Y si la
naturaleza ha logrado trabajar tan magníficamente sobre ciertos
minerales afinándolos, purificándolos, coloreándolos hasta
convertirlos en estas maravillas que hoy admiramos: cristales,
diamantes, zafiros, esmeraldas, topacios, rubíes... ¿por qué el
ser humano no podría hacer este mismo trabajo en sí mismo?
¿Qué es la oración, la meditación? Precisamente actividades
gracias a las que el hombre logra purificarlo todo e iluminar su
interior, en su corazón y en su alma, hasta convertirse un día en
un ser tan puro como una piedra preciosa. Entonces, el Señor que
aprecia mucho las piedras preciosas, se la pondrá en su corona.
Ésta es una imagen, evidentemente, pero corresponde
absolutamente a una realidad."
Omraam Mikhaël Aïvanhov