En mis sueños aparecía un ser inteligente, hermoso, sensible, talentoso, creativo, divertido, fuerte y sabio, que me conquistaba totalmente con su amor . . . Pero los sueños no son más que el reflejo de los deseos. Nunca esperé encontrar a alguien con todas esas maravillosas cualidades. Y entonces te conocí . . . y no solamente me devolviste la fe en los sueños, sino que eres un ser aún más maravilloso que el de mis sueños.