Hoy no podrás correr las cortinas de mis labios
para robarme una sonrisa.
No te sonreiré ni a ti, ni al mundo...
Estoy triste, ¡Más que nunca!
No habrá música que haga borbotear mi sangre,
ni cuentos tuyos, ni murmuraciones;
ni el más famoso de tus chistes...
¡Ni siquiera tu amor de comedia!
Vete.
Déjame aquí;
Sola.
Llorando.
Quizás me alegre inundar este barrio
y después recoger la sal de mi llanto.
Quizás me alegre ver tu sumisión
al ver cómo te vas...
Quizás mi tristeza sólo busque tu atención
y se vaya detrás tuyo.
Déjame.
Déjame ya.
Cierra la puerta
para poder abrir mis labios
y el alma a una nueva alegría
que asesine mi dolor.
LLUEVEAHORA