En otra de sus singulares concepciones de la Historia, la Presidente de la Nación, CFK, en el marco del recordatorio del 24 de marzo, lanzó la velada amenaza de recurrir a los tribunales internacionales, en caso que los jueces argentinos no resolvieran pronto y como ella quiere, las causas por crímenes de lesa humanidad en los que se encuentran acusados militares.
Tan irresponsable consigna (afirmando que en Argentina NO HAY JUSTICIA) lleva ínsito, cual huevo de la serpiente, el búmeran consistente en el posible despertar de los aletargados magistrados de la nación que pudieren aplicar la Justicia, o la Ley, si tuvieren un mínimo decoro -o vergüenza- que los hiciere reaccionar.
De tanto torear a la Justicia, llegando a la irresponsabilidad de promover -como hiciera la inefable diputada Diana Konti- el agravamiento de las penas para los casos de corrupción de funcionarios públicos, van a terminar obligando a que se sientan ofendidos los vapuleados jueces y les terminen aplicando el mismo trato que a otros tantos de miles de ciudadanos comunes que resultan condenados ejemplarmente.
Sólo puede hallarse explicación a tales dislates en el consumo excesivo de psicofármacos automedicados por aquella legendaria bipolaridad, en el caso de la Prima Donna, y en el autodestructivo lupus que lleva dentro el consorte regente, alias Lupo o Lupín.
De tanto acercarse al abismo podrían caer en él.
No es bueno provocar a quienes se manejan en el sereno ámbito tribunalicio impartiendo justicia, más cuando no adeuden agradecimiento por tales cargos o por ser mantenidos en ellos por oficiosas gestiones que conlleven un quid pro quo obligatorio.
Tampoco ayuda el constante desprecio por la función judicial en general, que obviamente no roza siquiera a quienes saben que son empleados “delivery” y se consideran propia tropa oficialista, pero que hieren hasta la más curtida piel de aquellos funcionarios probos e independientes que no guardan muertos en sus placares, por lo ostensible y descarado del desprecio de tribuna.
Señores, ¡un poco de recato no les vendría mal!
¡No despierten al Dormido!
Si hoy los jueces aplicaran todas las leyes penales seguramente muchos funcionarios K estarían alojados en establecimientos dependientes del Servicio Penitenciario Federal como huéspedes oficiales del Estado Argentino. ¿Acaso no se dan cuenta lo que está sucediendo con quienes hace décadas gozaban de impunidad y hoy están rindiendo cuentas en el banquillo de los acusados? ¿Tan necios y ciegos son que no saben reconocer los tiempos de la Justicia? ¿Acaso creen que los jueces no tienen memoria?
¿Tanto puede enceguecerlos la borrachera de ambición y poder?
Y quienes hoy se comportan como colaboracionistas desde las filas del Poder Judicial, ¿no se dan cuenta de lo que le ha sucedido a su ex colega Faggionatto Márquez?
Así como la vida no es eterna, tampoco lo es la impunidad, aunque la hayan mantenido durante tantos -y fructíferos- años…
ENRIQUE A. PIRAGINI
Abogado