Amor, si aun alzas al cielo tu mirada trémula y observas en su inmensidad la constelación de estrellas, pregúntale con premura a todas ellas: ¡Qué puedo hacer: para que esta ausencia no duela?
He buscado respuestas en el abrazo de la noche y en el amanecer y aunque la brisa me consuela, Yo solo quisiera volverte a ver.
Es tanto al vacío al cual le haces falta, que tengo que inventarte para no morir! Porque reemplazarte, por Dios que no puedo! Yo solamente puedo ser de ti.
Toda tu esencia está en mí, arraigada, penetrante, inminente,
¡imborrable! No existe otra voz, no existe otras manos, tengo que inventarte
para no morir! ¡Esta distancia que te aleja hiere!
Mis labios aun conservan el último ósculo (Aunque tenue es hoy su huella) mi cuerpo aun presiente la fuerza de tus brazos (aunque ya no duela)
No existe otros brazos, no existe otro calor; ¡… No fue, No es, no será ya más! ¡Porque Tú eres mi todo, ¡Tú eres mi amor!