El Himno Nacional Argentino fue denominado originalmente Marcha patriótica, luego Canción patriótica nacional, y posteriormente Canción patriótica. Una copia publicada en 1847 lo llamó "Himno Nacional Argentino", nombre que ha conservado hasta la actualidad. La versión original del himno dura 20 minutos y en 1924 fue abreviado a entre 3 minutos 30 segundos y 3 minutos 53 segundos.
Historia
El 24 de mayo de 1812 se presentó en la "Casa de Comedia" de Buenos Aires la obra teatral "El 25 de Mayo" de Blas Parera, referida a la revolución de Mayo de 1810, la cual terminaba con un himno coreado por los actores. Uno de los espectadores, el porteño Vicente López y Planes, se sintió inspirado y esa misma noche escribió la primera estrofa de un himno para reemplazar al de Morante, al que el catalán Blas Parera había puesto música.
La Asamblea General Constituyente lo aprobó como "Marcha Patriótica" el día 11 de mayo de 1813. Al día siguiente le encargó componer con urgencia una nueva música a Parera.
Letra
Marcha patriótica (1813)
Oíd, mortales, el grito sagrado: Libertad, Libertad, Libertad. Oíd el ruido de rotas cadenas, ved en trono a la noble igualdad. Se levanta a la faz de la Tierra una nueva y gloriosa Nación, coronada su sien de laureles, y a sus plantas rendido un león.
Estribillo:
Sean eternos los laureles, que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos... ¡o juremos con gloria morir!
De los nuevos campeones los rostros Marte mismo parece animar la grandeza se anida en sus pechos: a su marcha todo hacen temblar. Se conmueven del Inca las tumbas, y en sus huesos revive el ardor, lo que va renovando a sus hijos de la Patria el antiguo esplendor.
Estribillo
Pero sierras y muros se sienten retumbar con horrible fragor: todo el país se conturba por gritos de venganza, de guerra y furor. En los fieros tiranos la envidia escupió su pestífera hiel; su estandarte sangriento levantan provocando a la lid más cruel.
Estribillo
¿No los véis sobre México y Quito arrojarse con saña tenaz y cuál lloran, bañados en sangre, Potosí, Cochabamba y La Paz? ¿No los véis sobre el triste Caracas luto, llantos y muerte esparcir? ¿No los véis devorando cual fieras todo pueblo que logran rendir?
Estribillo
A vosotros se atreve, ¡Argentinos!, el orgullo del vil invasor. Vuestros campos ya pisa contando tantas glorias hollar vencedor. Mas los bravos, que unidos juraron su feliz libertad sostener, a estos tigres sedientos de sangre fuertes pechos sabrán oponer.
Estribillo
El valiente argentino a las armas corre ardiendo con brío y valor, el clarín de la guerra, cual trueno, en los campos del Sud resonó. Buenos Aires se pone a la frente de los pueblos de la ínclita unión, y con brazos robustos desgarran al ibérico altivo León.
Estribillo
San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán, La Colonia y las mismas murallas del tirano en la Banda Oriental. Son letreros eternos que dicen: aquí el brazo argentino triunfó, aquí el fiero opresor de la Patria su cerviz orgullosa dobló.
Estribillo
La victoria al guerrero argentino con sus alas brillantes cubrió, y azorado a su vista el tirano con infamia a la fuga se dio. Sus banderas, sus armas se rinden por trofeos a la libertad, y sobre alas de gloria alza el pueblo trono digno a su gran majestad.
Estribillo
Desde un polo hasta el otro resuena de la fama el sonoro clarín, y de América el nombre enseñado les repite: "¡Mortales, oíd!: ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud". Y los libres del mundo responden: "Al gran pueblo argentino, ¡salud!
(En cursiva aparecen las estrofas quitadas en la versión moderna
Versión moderna abreviada (1924)
Oíd, mortales, el grito sagrado: "¡libertad, libertad, libertad!" Oíd el ruido de rotas cadenas, ved en trono a la noble igualdad.
Ya su trono dignísimo abrieron las Provincias Unidas del Sud y los libres del mundo responden: "Al gran pueblo argentino, ¡salud! Al gran pueblo argentino, ¡salud!" Y los libres del mundo responden: "Al gran pueblo argentino, ¡salud!" Y los libres del mundo responden: "Al gran pueblo argentino, ¡salud!"
Estribillo
Sean eternos los laureles que supimos conseguir, que supimos conseguir. Coronados de gloria vivamos... ¡o juremos con gloria morir!, ¡o juremos con gloria morir!, ¡o juremos con gloria morir!