En el fresco rincon la blanca gata dormita perezosa, mientras el minino juguetea con un ovillo de lana color rosa.
Descanza la fatiga del tejer la mano laboriosa y la cabeza de la dulce emprende el sueño de esta tarde ociosa.
Mientras la huerta suspira acongojada pidiendo la lluvia bienhechora.
La canilla indiscreta mal cerrada gotea humedeciendo la tierra estremecida, acude el hornero agradecido de alli sacara el barro para poder hacer su nido.
La voraz calandria descubre las rojas frutillas de la abuela y en vuelo corto conseguira su intento
La oruga presurosa se esconde detras del brote de una rosa, pues descubrio muy temerosa la arrogante figura de dos teros.
Al final del camino serpeteante se encuentra el gallinero, donde a la sombra de la higuera se revuelcan las lindas ponedoras.
El gallo, herguido las contempla con pose de guardian de raza con un ojo contempla el horizonte con el otro vigila a sus queridas batarazas
Autor:Asunción Mallo Osorio