Al caer la tarde en su dulce reposo, donde el sol tiende a acostarse bajo el abrigo del silencioso manto de esta noche encantada, donde las estrellas con sus risas de colores y la luna con su acariciante mirada se disponen a acompañar las sombras en su desplegar silencioso.
Pienso en nuestras vidas, en el transcurrir de nuestro amores, en nuestra convivencia separada, y entonces llevándome por mi nostalgia deslizo mis pensamientos suspirando largo y profundo aquí en esta distancia que aun no hemos dejado y me sigue atormentado en todos lados.
Y cuando mi alma más piensa y mis sueños flotan cual barca desbocada por el rio de pasiones, tropezando con la realidad cruel y misteriosa, mi sueño se sobresalta y sigue a la deriva, como seguimos separados por sendas diferentes, así la noche sea encantada.