Amar a un ser humano es aceptar la oportunidad de conocerlo verdaderamente,
y disfrutar de la aventura de explotar y descubrir lo que guarda
más allá de sus máscaras y sus ofensas; Contemplar con ternura
sus más profundos sentimientos, sus temores, sus carencias,
sus esperanzas y alegrías, su dolor y sus anhelos;
Es comprender que detrás de su careta y su coraza, se encuentra
un corazón sensible y solitario, hambriento de una mano amiga,
sediento de una sonrísa sincera en la que pueda sentirse en casa;
Es conocer, con respetuosa compasión, que la desarmonía y el caos
en los que a veces vive, son el producto de su ignorancia y
su incosciencia, y darte cuenta que si genera desdichas, es porque
aún no ha aprendido a sembrar alegrías, y en ocasiones se siente
tan vacío y carente de sentido, que no puede confiar ni en sí mismo;
Es descubrir y honrar, por encima de cualquier apariencia, su verdadera
identidad, y apreciar honestamente su infinita grandeza como
una expresión única e irrepetible de la vida.
Amar a un ser humano es ser suficientemente humilde como para
recibir su ternura y su cariño, sin representar el papel del que nada
necesita; es aceptar con gusto lo que te brinda, sin exigir que te dé
lo que no puede o no desea;
Es agradecerle a la vida el prodigio de su existencia y sentir en su
presencia una auténtica bendición en tu sendero;
Es disfrutar de la esperiencia sabiendo que cada dia es una aventura incierta
y el mañana, una incógnita perenne;
Es vivir cada instante como si fuese el último que puedes compartir
con el otro, de tal manera que cada reencuentro sea tan intenso
y tan profundo como si fuese la primera vez que lo tomas de la mano,
haciendo que lo cotidiano sea siempre una creación distinta y milagrosa.
Amar a un ser humano es también atreverte a establecer
tus propios límites y mantenerlos firmemente;
Es respetarte a ti mismo y no permitir que el otro transgreda aquello
que consideras tus derechos personales; es tener tanta confianza
en ti mismo y en el otro, que sin temor a que la relación se perjudique,
te sientas en libertad de expresar tu enojo sin ofender al ser querido,
y puedas manifestar lo que te molesta e incomoda sin intentar herirlo
o lastimarlo.
Es reconocer y respetar sus limitaciones y verlo con aprecio
sin idealizarlo; Es compartir y disfrutar de los acuerdos y aceptar los
desacuerdos, y si llegase un día en el que evidentemente los caminos
divergieran sin remedio, amar es ser capaz de despedirte en paz y en armonía,
de tal manera que ambos se recuerden con gratitud
por los tesoros compartidos.
Amar a un ser humano es ir más allá de su individualidad como persona;
Es percibirlo y valorarlo como una muestra de la humanidad entera,
como una expresión del hombre, como una manifestación palpable
de esa esencia trascendente e intangible llamada " SER HUMANO",
de la cual tu formas parte; Es reconocer, a través de él, el milagro indescriptible
de la naturaleza humana, que es tu propia naturaleza,
con toda su grandeza
y sus limitaciones; Apreciar tanto a un ser humano, en realidad,
es amar al ser humano en su totalidad;
Es amar la auténtica naturaleza humana, tal como es, y por tanto,
amar a un ser humano es amarte a ti mismo, y sentirte orgulloso
de ser una nota en la sinfonía de este mundo.
(Andrea Weitzner).