Te has puesto a pensar cuantas veces al día nos quejamos… De lo que tenemos, de lo que no… De lo que hacemos o dejamos de hacer…
Y entre tantas quejas nos olvidamos que Dios nos ha llenado de bendiciones… realmente!! Dios nos dio salud, paz, amor y un corazón para poder sentir la pena ajena y hacer algo…
Nos quejamos sin reconocer las bendiciones que tenemos…
Nos quejamos de ir a trabajar cuando hay algunos que ni siquiera creen que tienen un futuro.
Nos quejamos de que nuestros padres no nos entienden… Hubieras deseado tener padres así?
Nos quejamos de que estamos gordos, flacos, feos… Nos concentramos en lo superficial antes de ver el corazón.
Nos quejamos de que no tenemos a nadie que nos quiera, nos apapache… y ellos? Han sentido alguna vez amor?
Nos quejamos de que no tenemos ropa de moda, que no tenemos carros de lujo, casas en todas partes…
Nos enojamos con Dios porque cuantas veces le hemos pedido cosas y no nos las ha dado… Conoces lo que es realmente una plegaria desesperada?…
Nos quejamos de lo que engordamos en Navidad cuando hay tantos que desearían tener un pedazo de pan.
Nos quejamos de las “desgracias” que solo a nosotros nos pasan… No seamos egocéntricos, hay otra realidad…
Nos quejamos porque no somos felices, porque no somos capaces de ver las GRANDES cosas que Dios no pone diariamente en nuestras vidas…
La próxima vez que hagamos un berrinche, que lloremos por un capricho, que nos quejemos, que critiquemos, que ignoremos, que nos ceguemos en nosotros mismos… preguntémonos…
Nos ha faltado comida, trabajo, abrigo, amor, cariño, amistades, familia? Verdaderamente… Nos ha fallado Dios??
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