Después de las elecciones, las cuales cubrí desde Río Gallegos, me tocó ir de corresponsal a El Calafate donde los Kirchner estaban de retiro espiritual diagramando el futuro gabinete. Fueron tres días de guardia frente a la residencia "Los Sauces". Todo fue en vano, la Presidenta electa no salió un sólo segundo y sin ni siquiera poder conseguir una foto del matrimonio presidencial me volví a Buenos Aires.
Pero en la villa turística me quedó grabada una imagen que pude tener en mis manos por algunos minutos. Les paso a contar:
En el medio de la desesperación por conseguir un retrato de los K para la edición de PERFIL, me encuentro frente a la casa de los K con un grupo de turistas españoles que se habían acercado hasta ahí para ver si tenían la suerte de verlos a los Kirchner, al menos desde una ventana. Se sacaron un par de fotos en la puerta y se fueron al hotel. Mientras charlaban y posaban, me acerqué a hablar con ellos para que me cuenten de donde eran y que impresiones tenían de la nueva presidenta. Entre charla y presentación me aseguraron que un compañero de ellos se había fotografiado con la Presidenta electa, en el hotel Posada Los Alamos la noche del jueves 1 de noviembre y que ellos querían correr con la misma suerte.
Totalmente intrigado por la supuesta foto les pregunte el hotel donde estaban parando y si me podían ayudar para conseguirla. Me dio el número de habitación del hotel y me aseguraron que me iban a conseguir la foto pero que en dos horas se iban porque el avión de Aerolineas se había retrasado. En la duda de que si iba por la foto podrían salir los Kirchner y perderme la foto del día, me jugué por la opción de conseguir el retrato exclusivo. Dejé al fotografo en la guardia y salí disparado al hotel.
Llegué al hotel y el dueño de la foto ya la tenía en versión papel y estaba esperando para tomar el colectivo que lo llevaba al aeropuerto. Me acerco y me presentó acompañado del turista que me contó de la existencia de esa imagen. El hombre, que era de Valladolid, sacó de un sobre papel madera la foto con el Presidente y la futura Presidenta. No sólo estaban ellos dos, sino que además había 6 personas del grupo. Mi primera frase al ver la foto fue: "Pero sólo está Kirchner". Pero no, Cristina estaba al lado de él pero sin maquillar, a cara lavada. Era otra persona, no se si linda o fea, otra. Yo quedé impresionado y al mismo tiempo enloquecido con el valor periodístico de la foto , pero cuando se la pedí me dijo que Cristina había sido muy amable con ellos y que no les gustaría que esa foto salga publicada. Sin embargo, el hombre ya me la había regalado. Pero mientras el español dudaba en lo que acababa de hacer, una de sus compañeros se acercó muy enojada explicando que ella no quería salir en ningun diario. En vano fueron las expliaciones de pixelar los rostros o de cortar la imagen. El dueño me pidió la foto y la rompío frente a mí.
Resignado y con la sensación de haberla tenido en mis manos, me retiré puteandome a mi mismo por no haber sido lo suficientemente efectivo a la hora de convencerlos. Esa sonrisa de la Primera Dama y su cara blanca quedó en mi cabeza, no era ella. La anecdota sólo me sirvió para poner unas lineas en la crónica del diario del Sabado tres de noviembre: "A tal punto, la todavía Primera Dama sintió los rigores del raid electoral, que el jueves a la noche rompió la regla que es religión para la mujer que admite que vive “pintada como una puerta”: salió a cenar a cara lavada. Turistas que compartieron con la pareja presidencial y su hijo Máximo el salón comedor del Hotel Posada Los Alamos, le dijeron a PERFIL que les costó reconocerla".
Dario Gallo consiguió una foto del mismo día pero con una pareja que si se animó a mostrar la foto. Saquen sus propias conclusiones... Acá no hay photoshop, eso lo puedo asegurar.