EL LUGAR QUE ME DAS…
Me gusta la silla que me has concedido para sentarme a tu lado, está ubicada en un lugar muy especial, donde puedo contemplar lo que vives y sientes, y compartirte todo lo que tengo guardado, de tal forma que muchas veces no necesitamos decir palabras, porque es posible y mágico el que hablemos sin estar hablando …
Me hace demasiado feliz, estar ahí, en el sitio que me has concedido, siento que está justo en un puesto de mucho privilegio, creo que todo ha sido porque con el paso del tiempo, yo he caminado contigo y tu conmigo, he pisado prudentemente pero profundo a tal punto que he dejado huellas en ti muy dentro y lo mismo has hecho en mi camino…
Cuido demasiado ese lugar, porque se encuentra en lo más hondo de tu corazón, no sé decir cómo ocurrió ni cuál es la razón, solo sé que ahí puedo experimentar de una manera muy grande el amor de Dios, por eso te encomiendo en todo momento a El en mi oración…
Me siento cómoda y segura en esa silla, porque es la silla de la verdadera Amistad, sus patas le ayudan a mantener el equilibrio, los ritos, la oración, la libertad y la fidelidad son las que sostienen y apoyan este sentimiento que cada día se hace más grande y fuerte, por lo mucho que le sabemos cuidar…
No me preocupo si hay otras personas que se sientan ahí cerca, no me da miedo perder el lugar que me das, siento demasiada seguridad del espacio que me regalas, sé que en las almas gigantes como la tuya, hay muchas más sillas disponibles porque tienen una enorme capacidad de amar…
Es tan firme y sólida esa silla, que aunque a veces por mi barro y humanidad, se me agriete el alma o se me quebranten los sueños; no se rompe, ni se debilita, se hace más fuerte para que no me rinda ni me caiga del asiento… Es tan mágico y Divino ese puesto, que así mismo como me sostienes, yo te sostengo, y si eres tu quien se siente débil, yo saco fuerzas y recargo mi silla, para que te sientes y no renuncies en nada de lo que te has propuesto…
Me gusta el lugar que me has concedido, es tan mágico lo que se vive ahí dentro, no tengo nada más que pedir, me quedo con todo lo que ahí tengo y vislumbro, lo cuido con lo que soy y con lo mejor que hay en mi, lo respeto de tal forma, que no siento mío nada de lo que veo, porque es solo tuyo y del Amigazo todo lo que ahí contemplo…
Desde ahí puedo darme cuenta si ríes o si llorar, ahí puedo percibir tu miedo, cuando sientas necesidad de hablar o callar; estando ahí puedo decirte con certeza que te conozco plenamente y por eso es que puedo asegurarte que te quiero de verdad; no pretendo cambiar ni quitar nada, ni mucho menos llevarme o dañar lo que eres, porque es tan sagrado que solo Dios se lo puedo confiar, para que te cuide siempre, te colme de bendiciones y nada malo te vaya nunca a pasar…
Qué triste es pensar que hay quienes no valoran el lugar que ocupan ni cuidan lo que le dan, mientras otros añoran poder hallar una silla en la cual descansar y poder experimentar lo que es sentirse amado y amar; para tantos parecerá un sueño imposible y creerán que realmente no existe; pero yo puedo asegurarles que todavía hay muchas sillas, ubicadas en un parque, que tantos miran, algunos se sientan, unos pasan, otros se quedan; yo descubrí una, que hoy conservo y agradezco, es el lugar más especial, desde el cual puedo contemplar las maravillas del cielo