Con una mente abierta, alcanzo nuevas dimensiones de conciencia.
Oliver Wendell Holmes, un personaje famoso en Estados Unidos, dijo que una mente que se ha expandido nunca regresa a su dimensión original. Permito que mi mente se expanda al pensar en todo lo que Dios es. Al mantener mi mente abierta, permito que la luz divina ilumine mis percepciones y mis creencias. Practico el discernimiento espiritual cuando reconozco que la vida es más que lo que podemos ver.
Veo a Dios en acción en un amanecer, en el rostro de un niño, en la obra de mi vida y en todas mis actividades. Veo a Dios en mí cuando perdono más y juzgo menos. Desarrollo mayor comprensión al apreciar diversas perspectivas con una mente abierta.
Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.—Santiago 1:5
Soy una creación única y Dios obra en mí y por medio de mí. Gracias al don del libre albedrío, elijo aquello a lo que deseo dar forma. Al hacerlo, cocreo con Dios. Mi corazón se emociona al ver la belleza del mundo de Dios.
Mi canción está en armonía con el ritmo divino. Al caminar por la tierra, siento el pulso de la vida divina en cada uno de mis pasos. Soy parte del suelo por el que transito. Dios está por doquier —en la Tierra, la luna y las estrellas; en lo distante y lo cercano.
Bendigo y alabo las maravillas de la creación. Veo a Dios en todas las personas y por todas partes. El latido de la humanidad surge del corazón divino. Gracias, Dios, porque soy libre para expresar lo verdadero en mí, lo bueno, lo cual es uno por siempre contigo.
La sabiduría de Dios me dirige hacia mi mayor bien.
Mis creencias y convicciones sientan la base de cómo llevo mi vida. Así que determino alinearlas con la Verdad que el Espíritu me revela. Para ser un canal de bien en el mundo, permanezco receptivo a las comprensiones y las ideas divinas. A veces, puede que necesite pensar de manera diferente y cambiar convicciones equivocadas. Confío en que la sabiduría de Dios en mí me guía en la dirección correcta. Soy un instrumento del amor y la paz de Dios.
La fe surge de mi relación personal con el Dios de mi comprensión. Aunque Dios es el único Poder y la única Presencia, cada persona percibe y siente ese Poder de manera única. Respeto las creencias de los demás y permito que Dios me guíe hacia mi mayor bien.
La fe que tienes, debes tenerla tú mismo delante de Dios.—Romanos 14:22