El poema “Éste es el año”, por Russell Kemp, comienza con las palabras Maravilloso y afortunado. Este año se cumplen tus sueños. Puede que piense que mis necesidades son demasiado insignificantes o demasiado grandes para orar por ellas. Mas en Verdad, todos los deseos de mi corazón están al cuidado y bajo el poder del Espíritu.
Dios y yo somos Uno. Al mantener este pensamiento en mente, dejo ir cualquier lucha o preocupación personal y afianzo mi fe en el amor universal de una Presencia y un Poder. Dejo ir y dejo a Dios actuar. Soy digno de que mis sueños se cumplan, así que luego de dejar ir, confío. El Universo conspira para asegurar mi felicidad. Soy apoyado de manera divina para alcanzar mi potencial. Uno con todo lo que existe, disfruto de una vida próspera y plena.
Reclamo mi libertad cuando hago a un lado las creencias erróneas. Dejo ir hábitos que no son para mi mayor bien y dirijo mi atención al bien en mí. Consciente de lo que me detiene, lo libero determinadamente. Por medio de la auto observación y la introspección, me vinculo con mi ser más profundo. El Espíritu fluye por medio de mí.
Voluntaria y serenamente dejo ir lo que ya no necesito. Liberar lo antiguo abre el camino para nuevo crecimiento y autoexpresión. Discernimientos e ideas florecen en mí, así como también perspectivas y oportunidades. Me comprometo a vivir y expresarme partiendo de mi centro espiritual, mi ser verdadero. ¡Soy libre, alabado sea Dios! ¡Soy libre!
No hagan memoria de las cosas antiguas. Fíjense en que yo hago algo nuevo, que pronto saldrá a la luz.—Isaías 43:18-19