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General: LA PALABRA DIARIA MES DE NOVIEMBRE
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De: TATIS-7 (Mensaje original) |
Enviado: 08/11/2016 12:57 |
Respondo el llamado del Espíritu y avanzo por un camino dirigido de manera divina.
Existen momentos en los que me siento inclinado a ayudar a los demás: a abogar por una causa o por un necesitado. Mientras más me involucro en este tipo de cometido, más siento el llamado de hacer la diferencia en el mundo.
Ser llamado a ayudar a otros es algo que me apasiona, y tengo la seguridad de que el Espíritu divino me dirige de maneras que me ayudan a hacerlo. Al ir a mi interior por guía, recibo nueva comprensión acerca de cómo puedo establecer una red de contactos que me ayuden en mi causa y cómo puedo apoyar organizaciones con valores congruentes con los míos.
Dios me guía a establecer un cambio positivo en mi vida y en las vidas de los demás.
Clama a mí, y yo te responderé; te daré a conocer cosas grandes y maravillosas que tú no conoces.—Jeremías 33:3 | |
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De: Monacha |
Enviado: 10/11/2016 22:04 |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 21/11/2016 12:40 |
La paz es mi aliento y la serenidad es el latido de mi corazón.
Existe un ritmo básico en mi cuerpo que está en armonía con la conciencia divina. Esta cadencia sagrada también está en todos los seres vivos.
Al aquietar mi mente y enfocar mis pensamientos en el compás natural de mi cuerpo, creo un ambiente vital de sosiego y paz que fomenta mi bienestar. Cuando practico centrar mi atención en mi respiración, mi cuerpo y mente se aquietan instintivamente y los latidos de mi corazón se nivelan.
Al prestar atención a los ritmos de mi cuerpo, descanso en un estado de paz profunda. A través de todo mi ser, experimento una sensación de armonía, aceptación y consuelo. Al continuar respirando, estoy consciente del Espíritu todopoderoso que respira por medio de mí.
En todos nosotros hay un espíritu; el soplo del Todopoderoso nos da entendimiento.—Job 32:8 | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 23/11/2016 18:51 |
Mi hogar es un oasis de amor y paz.
La base familiar de un hogar proporciona más estabilidad que los ladrillos y el cemento. Cuando las personas en una casa viven partiendo de la comprensión de que el espíritu de Dios está en cada una de ellas, ese hogar se convierte en un oasis de paz y amor que no puede ser abatido.
Bendigo mi hogar con comprensión. Afirmo la presencia de Dios en toda mi casa. El ambiente afable de mi hogar envuelve con amor y respeto a todos los que entran a él.
La indiferencia o la discordia no son bienvenidas y se disipan por la falta de aceptación y atención. Existe una unidad de espíritu y amor que prevalece durante cada conversación, comida y actividad.
Mientras Jesús iba de camino, entró en una aldea, y una mujer llamada Marta, lo hospedó en su casa.—Lucas 10:38 | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 24/11/2016 19:09 |
La gratitud es una actitud llena de esperanza. Hoy tomo tiempo para dar gracias por todo. Incluso traigo a la mente personas, situaciones y experiencias que he catalogado como retadoras para reevaluarlas a través de la divinidad en mí.
Doy gracias por toda relación personal, aun las difíciles, porque me han ayudado a avanzar en mi viaje espiritual. Aprecio cada aspecto de mi vida. Mantener una actitud de gratitud me alienta a ser una mayor y mejor expresión del ser que Dios creó.
Siento agradecimiento por todo lo que soy y seré. Me sé bendecido. Con el corazón lleno de contento digo: “Gracias, Dios, por la vida, la libertad, la provisión y el amor con los cuales me bendices diariamente”.
Ustedes, pueblo fiel del Señor, ¡canten salmos y alaben su santo nombre!—Salmo 30:4 | |
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De: TATIS-7 |
Enviado: 25/11/2016 20:45 |
Dejo ir y abro mi corazón a la bondad de Dios.
Cuando dejo ir y dejo a Dios actuar, establezco un nuevo comienzo. Si me cuesta salir de mi zona de confort, oro para avivar mi confianza en Dios y en mí.
Libero todo aquello que pueda evitar que experimente una nueva vida de gozo y satisfacción. Mientras más dispuesto esté a dejar ir, mayor capacidad tendré para amar. Este día me ofrece una oportunidad bendecida para que el amor de Dios fluya por medio de mí. ¡Estoy listo y preparado para recibir bendiciones abundantes!
Suelto todo temor, permitiendo que el amor divino se lleve cada preocupación. Visualizo que mis cargas son eliminadas. Hago espacio para experimentar una vida más serena, satisfactoria y gozosa. ¡Dejo ir y confío plenamente en Dios!
Amados, ahora somos hijos de Dios.—1 Juan 3:2 | |
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