Recibo con beneplácito nuevas oportunidades en mi vida.
A medida que este nuevo año comienza, experimento una expectativa gozosa de que grandes cosas llegarán a mi vida. Recibo este año, este día, consciente de que yo soy valioso como expresión de Dios. Yo soy libre para crear y aceptar el futuro de mis sueños.
Tengo la oportunidad de dejar ir las limitaciones, dejar atrás el pasado y pasar la página en la historia de mi vida. Al dirigirme a la Presencia en mí vivo partiendo de la creencia sincera de que todas las cosas son posibles. Veo este día, este nuevo año, como una hoja en blanco, pero llena de posibilidades ilimitadas. Me fijo objetivos tanto personales como profesionales y espero los resultados. Con la mente y el corazón abiertos, recibo con beneplácito nuevas oportunidades en mi vida.
Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros.—2 Timoteo
Cuando las condiciones del mundo parecen sugerir caos, encuentro paz al mantener la alta vigilia centrado en el Espíritu. Como sé que la Sabiduría infinita reside en mí, tomo tiempo regularmente para examinar mis pensamientos y palabras. Vigilo mis emociones y acciones para no fomentar hábitos que no expresen mi verdadero ser.
Tomo un momento para ver lo que ocurre. Me pregunto: ¿Está obrando el Espíritu en esta situación? ¿Respondo con fe manteniendo mi atención centrada en la actividad divina? El espíritu de Dios en mí es la respuesta a cualquier interrogante de mi corazón. Gracias a la sabiduría divina, mantengo una visión positiva.
Ahora vemos con opacidad, como a través de un espejo, pero en aquel día veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero en aquel día conoceré tal y como soy conocido.—1 Corintios 13:12
El poder sanador de Dios fluye por medio de mi cuerpo. Yo soy sano.
Las historias de la vida de Jesús revelan que el Maestro supremo a menudo enseñó curación y salud. Jesús aprovechó el manantial de vida en lo profundo de su ser y compartió esta conciencia de curación con las personas a Su alrededor. Por medio de la oración, Jesús afirmó salud y perfección, produciendo resultados sobresalientes.
La oración me alinea con la cualidad espiritual de la vida y me recuerda que mi naturaleza esencial es salud y bienestar. Esta comprensión es un poder que rejuvenece, recobra el equilibrio y corrige, transformando mi vida y apoyándome para vivir saludablemente. El poder obra en cada célula de mi cuerpo, y la vida divina fluye en todo aspecto de mi ser. El poder sanador de Dios fluye por medio de
Practico principios espirituales para crear una vida centrada divinamente.
Me esfuerzo por vivir partiendo de mis valores y creencias espirituales. Incluso si no pertenezco a una comunidad de adoración, puedo practicar la Verdad que conozco.
Mis pensamientos proveen la base para alinear mi mente con el espíritu en mí. Vivo basado en los principios y enseñanzas de mi fe. Luego, me aseguro de reflejarlos en mis pensamientos y acciones según interacciono con las personas y en las situaciones a mi alrededor. Trato a los demás con amor y amabilidad partiendo de un lugar de honestidad, generosidad y perdón. Determino vivir basado en mi Verdad espiritual, afianzado a Dios con todo mi ser. Practico principios espirituales para crear una vida centrada divinamente.
El Señor te ha dado a conocer lo que es bueno, y lo que él espera de ti.—Miqueas 6:8