Washington.- El número de personas que murió en el accidente ocurrido el lunes en el metro de Washington aumentó en las últimas horas a nueve, informaron hoy medios estadounidenses.
En un principio se había mencionado la cifra de seis muertos. Más de 70 personas resultaron heridas cuando un tren repleto de pasajeros colisionó a gran velocidad con otro convoy detenido en una estación del metro en la tarde del lunes, en plena hora punta. El siniestro ocurrió en el límite entre Washington y el estado de Maryland.
En un comunicado enviado en la madrugada por la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Barack Obama, dijo que tanto él como su esposa, Michelle, están "muy entristecidos" por el "terrible" accidente y que su equipo seguirá de cerca la situación. Además, agradeció a los "valientes" primeros equipos de rescate que "llegaron en seguida para salvar vidas".
Las causas del accidente, el peor en la historia del metro de Washington, aún se desconocen. Expertos citados por la cadena CNN dijeron que el sistema del metro, controlado por una computadora central, prácticamente descarta la posibilidad de que se produzca un accidente como el ocurrido el lunes.
Sin embargo, el diario "The Washington Post" señala en su edición digital que si bien el sistema de señalización computerizado de la red subterránea está diseñado para evitar precisamente la colisión de trenes, con computadoras en cada vagón que controlan la velocidad y los frenos, ya ha habido precedentes de fallos.
De acuerdo con el rotativo, en junio de 2005 el sistema de señales falló "brevemente", obligando a los conductores de dos de los trenes a frenar de manera manual para evitar un choque.
Uno de los operadores se dio cuenta en aquel entonces de que se acercaba demasiado al tren que tenía delante, pese a que el sistema de señales le aseguraba que la vía estaba despejada, por lo que decidió frenar. El conductor de un tercer convoy en la misma línea también logró pisar los frenos de emergencia a tiempo, según el "Post".
En el siniestro de la víspera nada apuntaba a que la conductora del tren que embistió al primer convoy y que figura en la lista de víctimas mortales hiciera siquiera el intento de frenar, de acuerdo con los medios locales.
Ambos trenes chocaron con tal fuerza que quedaron parcialmente montados y los equipos de recate se vieron obligados a utilizar sierras eléctricas para liberar a varios pasajeros atrapados entre el amasijo de hierros torcidos al que quedaron reducidos algunos de los vagones.