|
General: LA PALABRA DIARIA MES DE AGOSTO
Elegir otro panel de mensajes |
|
De: Tatisverde (Mensaje original) |
Enviado: 04/08/2010 22:18 |
Dejar ir
Me apoyo confiadamente en Dios y dejo ir.
Al dejar ir de mi mente pensamientos antiguos, dejo ir de mi corazón emociones viejas. Dejar ir lo viejo hace espacio para lo nuevo. Una taza no puede llenarse de nuevo a menos que se vacíe primero. Este día me brinda la oportunidad de vaciar la taza, de dejar ir lo que no contribuye a mi bienestar. Dejo ir lo antiguo afirmando: "Dejo ir y dejo a Dios actuar". Tal oración es práctica y efectiva. Facilita el dejar ir todo aquello de lo cual deseo liberarme.
Mi alma canta y se regocija por disfrutar de esta nueva libertad. No sólo me alegra el liberarme de lo antiguo, sino también el poder acoger pensamientos, emociones y condiciones nuevas y mejores que me ayudan a expresar más el Espíritu Santo.
Las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. —2 Corintios 5:17
| |
| | | |
|
|
Primer
Anterior
2 a 8 de 8
Siguiente
Último
|
|
Quietud
En la quietud de mi alma, todo está bien.
En una callada noche de verano, miro las estrellas y siento la serenidad profunda del cielo nocturno. Mis pensamientos se sosiegan. A veces puedo sentir como que si mi vida cambiara demasiado rápido. Así que cuando necesito vincularme de nuevo con la paz y la serenidad, me dirijo a mi interior, a la quietud que aguarda en mi conciencia.
En el silencio de la meditación, percibo mi unidad con Dios. Siento Su amor y un sentimiento profundo de propósito surge en mí. Imagino todo lo que puedo ser, consciente de que todas las cosas necesarias para mi éxito son provistas. Desde mi lugar de quietud interna, comienzo de nuevo, con la seguridad de que todo está bien.
En Dios solamente descansa mi alma; de él viene mi salvación. —Salmo 62:1
| |
| | | |
|
|
|
|
Compasión
Respondo a los demás con compasión.
Siempre hay una oportunidad de marcar una pauta positiva en las vidas de otros. Si soy llamado a ayudar a alguien, respondo con compasión, listo para dar una mano. Mantengo a esta persona en alta estima, apreciando sus cualidades divinas de valor, amor y sabiduría. Reconozco su Cristo morador y la visualizo bendecida con salud, prosperidad, felicidad y paz.
Al dar, recibo. Al demostrar compasión a los demás, siento cómo el amor de Dios cobra vida en mí. Soy edificado, me lleno de energía y mi fe es renovada. ¡Que bendición es saber que puedo ser la respuesta de la oración de alguien! Con humildad y agradecimiento por lo que puedo ofrecer, doy libremente.
Bueno es Jehová para con todos, y sus misericordias sobre todas sus obras. —Salmo 145:9
| |
| | |
| | |
|
|
|
|
Protegido
Dondequiera que estoy, Dios está y todo está bien.
Cuando me siento amenazado, quizás experimente temor o ansiedad. Puede que reaccione buscando frenéticamente que algo o a alguien ayude. Mas hay una manera mejor. Si surge el temor, decido tener fe en que nada puede hacerme daño, porque estoy siempre en la presencia de Dios.
Dios está en mí y en lo externo, es una Presencia que lo abarca todo. No importa lo caótica que las condiciones externas parezcan ser, estoy seguro en la presencia divina y mantengo mi fe y mi compostura. Cuando tengo la mente tranquila, ninguna experiencia retadora tiene poder sobre mí. Puedo caminar en medio de la incertidumbre sin alarmarme y ofrezco paz a quienes tienen miedo.
Nuestra alma espera a Jehová; nuestra ayuda y nuestro escudo es él. —Salmo 33:20 | |
| | |
| | |
|
|
|
|
Voluntad
Elijo mi bien basado en la comprensión espiritual.
Puede que haya veces en que me pregunte si estoy haciendo verdaderamente la voluntad de Dios; si lo que deseo hacer sirve al mayor bien. En esos momentos, hago una pausa y aquieto mis pensamientos. Al cerrar los ojos, enfoco la atención en mi respiración. Al inhalar, estoy consciente de la sabiduría en mi corazón. Al exhalar, dejo ir la confusión y la duda. Percibo y acojo la quietud de la presencia de Dios, y puedo discernir el próximo paso que he de dar.
Tomo decisiones sabiendo que mi deseo es hacer el trabajo de Dios. Sigo la guía y la comprensión que recibo en oración. Soy una expresión del amor, la paz, la armonía y la abundancia de Dios en el mundo.
Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. —Filipenses 2:13 | |
| | |
| | |
|
|
|
|
Fortaleza
Soy una montaña de fortaleza y un río de fe.
Quizás, a veces sienta que se me exige demasiado. En momentos como esos, recuerdo orar. Al hacerlo, siento la fortaleza de Dios que mora en mí. Nada de lo que se me pida es demasiado difícil, porque soy una montaña de fortaleza, una fuerza poderosa que lleva a cabo la voluntad de Dios.
No me pueden quitar nada que provenga de Dios, tal como la esperanza, el valor y la fe. Mi poder yace en el amor divino. Sé cuándo ceder, reconozco cuándo la no resistencia es el mejor curso de acción. Mi camino está pavimentado con fe y amor. Al orar, me calmo y puedo ver nuevas posibilidades. Soy una montaña de fortaleza y un río de fe. ¡Tengo valor, soy decidido, sé que hacer!
Tuvo una fe más fuerte. Alabó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. —Romanos 4:20-21 (Versión Popular)
| |
| | |
| | |
|
|
|
|
Fe
Mi fe es profunda y moradora. Soy por siempre uno con Dios.
La fe es la base de mi vida. La profundizo al orar, estudiar la Biblia y leer escritos edificantes. Siempre estoy receptivo al espíritu crístico en mí. Si siento que mi fe es débil, recuerdo un tiempo cuando ésta fue fuerte. Revivo sentimientos de gozo y paz al reconocer mi unidad con Dios.
Puede que visite un lugar especial, donde puedo encontrar inspiración o llame a un amigo que me ayude a restablecer mi fe. Tal vez pase más tiempo meditando y orando para renovar mi fe. Siento gratitud por toda experiencia que profundiza mi fe y por los momentos en los que he confiado en Dios a pesar de las apariencias. Soy fuerte, y mi fe es inmutable.
Manténganse despiertos y firmes en la fe. Tengan mucho valor y firmeza. —1 Corintios 16:13 (Versión Popular)
| |
| | |
| | |
|
|
|
|
Aceptación
Dios me acepta, y yo acepto a los demás al aceptarme a mí mismo.
La Regla de oro me aconseja tratar a otros como me gustaría ser tratado. Jesús dijo que amáramos a otros como nos amamos a nosotros mismos. Sigo estas enseñanzas y practico la aceptación. Acepto mi unidad con Dios como el regalo máximo, y sé que soy amado incondicionalmente.
Acepto la diversidad de creencias, costumbres y prácticas como recordatorios de que cada uno de nosotros es una parte única del todo de la creación. Soy tolerante y comprensivo para establecer un vínculo mayor con cualquier persona con quien me encuentre.
Sigo el ejemplo de Jesús, acudo y confío en el Espíritu Santo. Recibo Su guía y dirección al aceptarme a mí mismo y a los demás, tal como Dios nos creó.
Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, ... y a tu prójimo como a ti mismo. —Lucas 10:27
| |
| | |
| | |
|
|
Primer
Anterior
2 a 8 de 8
Siguiente
Último
|
|
|
|
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados | |
|
|