Nuestro Dios es el Dios de los corazones. Él no se fija en lo exterior del hombre o en lo que hace una persona. El hombre juzga según la carne, pero Dios juzga según el corazón. Dios usará con más facilidad a una persona con unos cuantos problemas, pero con un corazón recto que a una persona que aparenta estra bien y tiene el corazón malo. Para ser usados por Dios necesitamos tener un corazón dispuesto. Éxodo 25:1,2 dice "Jehová habló a Moisés, diciendo:Dí a los hijos de Israel que tomen para mí ofrenda; de todo varón que la diere de su voluntad, de corazón, tomaréis mi ofrenda".
A través de los años, he tenido que superar muchas experiencias negativas en mi ministerio. Si, tenía un llamado de Dios, pero en conjunto tuve que tener mucho "deseo" de hacer las cosas. Tras obsrvar las personas y a mí misma. he llegado a la conclusión de que si tenemos suficientes hanas de hacer algo, caso siempre buscamos la manera de llevarlo a cabo. (cont)..