CON UNA ACTITUD POSITIVA Y UN CORAZÓN DISPUESTO, EXPERIMENTO EL BIEN DE DIOS.
LA ACTITUD LO ES TODO. MI ACTITUD INFLUENCIA EL CURSO DE MI VIDA. TENGO EL PODER DE DECIDIR —A CADA MOMENTO— CÓMO TRATAR A LAS PERSONAS Y LAS SITUACIONES EN MI VIDA, Y QUÉ ACTITUD Y CUÁLES ACCIONES DEBO FOMENTAR PARA SEGUIR ADELANTE.
EN MÍ YACE LA HABILIDAD PARA SER DICHOSO Y SENTIRME SATISFECHO. AL ESTAR CONSCIENTE DE ELLO, ELIJO SER FELIZ HOY Y VIVIR AL MÁXIMO. ELIJO TENER UNA ACTITUD LIBRE DE TEMOR, NO IMPORTA LO QUE EXPERIMENTE. VEO MÁS ALLÁ DE LAS APARIENCIAS Y VIVO CON GRATITUD.
ELIJO SER OPTIMISTA ACERCA DEL FUTURO Y PERMANECER RECEPTIVO AL BIEN DE DIOS EN MAYOR MEDIDA. MI ACTITUD LO ES TODO, PORQUE ME AYUDA A CREAR UNA REALIDAD MEJOR PARA LOS DEMÁS Y PARA MÍ.
ESCOJAMOS PARA NOSOTROS LO QUE ES JUSTO; CONOZCAMOS ENTRE NOSOTROS LO QUE ES BUENO.—JOB 34:4