Soy un ser íntegro y sagrado, una expresión de la perfección divina.
Curación
Cuando me miro en el espejo, ¿veo mi cuerpo como una creación única y divina? ¿O sólo noto lo que percibo como defectos? Si enfoco mi atención en un problema o una enfermedad, paso por alto la energía divina en cada célula de mi cuerpo. Este poder innato transforma cualquier reto aparente en una experiencia de salud radiante.
Acelero el proceso de curación al visualizar cada parte de mi cuerpo funcionando perfectamente. Veo la energía divina proporcionando salud a cada célula. Transciendo cualquier limitación al asirme a la verdad de mi ser —soy una expresión sana e íntegra de la vida divina.
“Sea notorio a todos vosotros y a todo el pueblo de Israel que en el nombre de Jesucristo ...este hombre está en vuestra presencia sano.”—Hechos 4:10