POEMA DEL GOBIERNO
Con diez millones de votos
de arrepentidos o ingenuos
ganaron las elecciones
y entraron en el gobierno
unos pillos socialistas
que se decían obreros
sin tener un solo callo
en la yema de los dedos
Gran revuelo entre las gentes
causó el acontecimiento
y hubo bailes y charangas
entre las gentes del pueblo.
Zapatero y sus compinches
habían ganado el duelo.
Y junto al puño florido
hicieron su juramento,
con la rosa por testigo,
los ministros prometiendo
dar trabajo, hacer justicia
y predicar con ejemplo.
Pasaron algunos meses
y, llegando al año y medio,
las rosas ya estaban secas
el puño ya estaba güero
y sus promesas volando
cual hojas que lleva el viento.
Todo se llenó de pícaros,
trepadores y mastuerzos,
políticos sin gramática,
Donjuanes de medio pelo,
tragaldabas, tragaperras
traga cargos, traga sueldos…
Y en menos que canta un gallo
nos dejaron medio en cueros.
Las calles y plazas públicas,
los mercados y paseos,
las esquinas, los rincones,
los altozanos y fueros
se llenaron de chorizos
robaperas, descuideros
tramposos, trapisondistas
mangantes y presos sueltos
La corte de los milagros
salió del túnel del tiempo
y volvieron los mendigos
los parados, los hambrientos,
y, por miles, prostitutas
-con sus chulos al acecho-,
invertidos, maricones
zorras de pelaje nuevo,
y ambulantes de la droga
-d´esos que llaman "camellos"-.
En calzón van pensionistas,
en perniles los obreros,
empresarios en pelotas,
contribuyentes en cueros…
Los ladrones a la calle,
Los tontos al Ministerio,
Los ministros en Mercedes,
Los electores al huerto,
terroristas indultados,
y guardias al cementerio.