Roma, capital de Italia, es una ciudad mágica donde pasado y presente conviven entrelazados. Quien decide pasar sólo un día en Roma lo hace por que ya conoce bien la ciudad o porque definitivamente volverá. Si tuviéramos sólo un día en esta fantástica ciudad hay algunas visitas que no podremos dejar de hacer, entre ellas ir a ver la mítica y famosa Fontana di Trevi.
Ubicada en el centro de la ciudad, la fuente es un símbolo de Roma. He escuchado a muchos viajeros que suelen decir que es más sorprendente de lo esperado pues se la encuentran casi sin buscarla. ¡Qué impacto puede causar si uno camina medio perdido en esas calles zigzagueantes!
La Fontana di Trevi fue terminada en 1762 por Giuseppe Pannini, luego de que por su diseño y construcción pasaran otros arquitectos y artistas durante varias décadas. El protagonista de la fuente en el dios Neptuno cuyo carro va tirado por hipocampos y tritones. La Fontana di Trevi tiene una simetría armónica dada por las figuras congeladas en posiciones de movimiento. Esto es definitivamente impactante cuando uno admira la fuente: es como si hubiéramos puesto pausa y esperáramos que en cualquier momento las figuras continuaran con su movimiento.
Entre las muchas leyendas que rodean esta obra de arte, se dice que si uno tira una moneda a la fuente se asegura así su retorno a Roma. Esta fantasía hace que durante el día los visitantes tiren unos 3.000 euros que son recogidos por la noche por las autoridades y destinados a subsidios. Obviamente la metodología de cómo tirar la moneda se ha ido perfeccionando: con la mano izquierda sobre el hombro derecho, haciendo sapito o con los ojos cerrados.