En las décadas de los 20 y 30, sus pinturas religiosas se pusieron muy de moda. Para completar la recopilación de materiales para su trabajo, la Medici Society la envió a Palestina en 1936. Tras la muerte de sus padres, era exactamente lo que necesitaba. Los paisajes y las gentes de Palestina la inspiraron mucho para su obra.
Tarrant fue íntima amiga de Molly Brett, otra ilustradora de niños, animales y hadas, quien se trasladó a vivir con ella cuando su salud empezó a debilitarse. Fue también amiga de Cicely Mary Barker, ilustradora de libros para niños. Ambas tenían los mismos intereses. Tanto Barker como Tarrant son conocidas por sus libros de hadas, siendo imposible saber quién influyó en quién.
Margaret Tarrant murió a los 71 años, en 1959.