Martin Luther King Jr. no buscó la gloria personal, sino promover el bien de toda la humanidad. Él habló por quienes no tenían voz y trabajó por la paz, la justicia y la equidad. Él siguió el ejemplo de Jesús. Al servir a otros, lo hago como una manera de honrar a Dios y de reconocer la luz del Cristo en cada persona.
Todo acto de bondad, por pequeño que sea, hace una diferencia en el mundo. Busco oportunidades para servir en mi casa, iglesia y en mi comunidad. Elijo palabras afables en cada situación, para que mi mensaje ofrezca paz. Hablo en favor de la igualdad.
Veo la luz de Dios en los rostros a mi alrededor, y les sirvo con amor.
Doy gracias a … Cristo Jesús nuestro Señor, porque me ha considerado fiel y me ha puesto a su servicio.—1 Timoteo 1:12
Es importante para mí que los demás puedan contar conmigo. Pero, ¿qué tan a menudo tomo tiempo para cuidar de mí mismo? Puede que en el ajetreo diario a la persona a quien descuide sea a mí.
Jesús conocía la importancia de cuidar de sí mismo. Él nos recomendó tomar tiempo para descansar y orar. La oración brinda beneficios a nivel espiritual, físico y mental.
Cuando oro, dejo de hacer y disfruto de estar con Dios. Esos momentos sagrados me renuevan y llenan de poder. Mi cuerpo y mi mente son vehículos de Dios en el mundo. De aquí que hago de mi cuidado personal una prioridad. Me comprometo a descansar y a orar. Cuando cuido de mí, estoy plenamente presente para Dios.
Mi presencia te acompañará y te daré descanso.—Éxodo 33:14