Soy una entrada y una salida para la energía y las ideas que fluyen de Dios. La Mente divina busca expresarse por medio de mí. Así como un manantial cristalino fluye y se convierte en un riachuelo, la mente de Dios se vierte en expresión perfecta en mí.
Permito que esta corriente sagrada encuentre su camino por medio de mí. En un momento de reflexión callada, hago a un lado pensamientos que me distraigan. Reconozco que la guía que busco también me busca. La mente infinita de Dios necesita salidas para expresarse. Soy una de esas salidas.
Mi papel no es forzar sino permitir que la Vida divina se exprese por medio de mí. Descanso en el fluir, y mi mente está en paz. Soy uno con la mente omnisciente de Dios.
En primer lugar, adquiere sabiduría; sobre todas las cosas, adquiere inteligencia.—Proverbios 4:7
La naturaleza a menudo demuestra gracia y compasión, particularmente cuando un animal de una especie cría a un bebé de otra. El instinto de amar o cuidar suplanta el instinto de pelear o huir.
Tomo en consideración dónde puedo ofrecer gracia y compasión. Si una situación que me ha causado estrés en el pasado recurre, hago una pausa y recuerdo la presencia de la gracia divina que mora en mí. Abro mi corazón para cambiar mi perspectiva o respuesta, y así transformar la experiencia. Tal vez sea hora de exponer una situación que me inquieta o de alejarme calladamente de ella. De cualquier manera, estoy en paz sabiendo que soy guiado por la gracia del Espíritu en mí.
El tigre y el cabrito descansarán juntos, el becerro y el león crecerán uno al lado del otro, y se dejarán guiar por un niño pequeño.—Isaías 11:6
Dios es mi todo. Soy agradecido y abundantemente bendecido.
Mi prosperidad no depende de una persona o cosa. Mi sentido de satisfacción proviene de mi conciencia del Espíritu y de reconocer las muchas bendiciones que recibo.
Mis bendiciones aumentan cuando tomo tiempo para dar gracias por todo lo que tengo y sé que recibiré. La prosperidad viene a mí de muchas maneras: familia, amigos, gozo, salud y mucho más. Aunque el contenido de una billetera puede reflejar mis finanzas, la verdadera prosperidad proviene del Espíritu.
Si tengo una preocupación financiera, me dirijo a mi interior y doy gracias por anticipado. Tengo fe en que Dios abre el camino hacia maneras nuevas y creativas para que mis finanzas fluyan. Afirmo: Soy bendecido abundantemente.
Yo les traeré sanidad y medicina … les revelaré abundancia de paz y de verdad.—Jeremías 33:6