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Señoras y señores: Sean ustedes bienvenidos a mi "viejo desván". Puede que encuentren en él alguna cosa de la que un día se desprendieron y hoy les gustaría recuperar o, al menos, como es el caso, volver a ver. Aquí no se compra ni se vende nada. Este lugar está pensado para descansar durante un buen rato de tanta vulgaridad y chabacanería como la que nos invade hoy en día. Está dirigido a las personas que todavía se emocionan con las cosas sencillas. A los que vivieron en aquellos viejos cines de reestreno las más increíbles aventuras y las más bellas historias de amor. A los que no tenían otra cosa en casa que viejos tebeos, algún cuento y una antigua radio, y a los que recuerdan con cariño aquella canción que bailaron por primera vez con la chica de sus sueños. Mi único mérito, si es que tengo alguno, es seleccionar y presentar todo aquello con el mejor gusto posible. Es un trabajo que empecé yo solo pero continué con la ayuda desinteresada de muchas amigas y amigos colaboradores. Gracias a todos ellos por haber ampliado este desván, y a ustedes por su visita.
Rafael Castillejo - Zaragoza - 1952
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