A veces, una meta puede parecer inalcanzable. ¿Alguna vez has sentido como que si estuvieras a un paso del éxito: en tus relaciones personales, en el trabajo, en tu educación? Quizás lo que nos haga falta no sea algo, sino más bien una conciencia de Dios.
La oración es la clave para avanzar con seguridad y lograr el éxito. La oración refuerza nuestro vínculo con el Espíritu divino y nos recuerda que todo es posible.
El enfocar nuestro pensamiento en Dios enciende una chispa divina interna que ilumina el camino. Posibilidades infinitas son reveladas ahora. Dios está aquí mismo donde estamos, justo en la experiencia que vivimos. La oración enciende la chispa divina para el logro y la liberación de nuestro potencial infinito.
¡Ábranse, puertas eternas! ¡Quédense abiertas de par en par, y entrará el Rey de la gloria!—Salmo 24:7