crío en una yegua, detrás de mi hermano, con dos años mas... y en un camino encharcado, me caí debajo de su tripa... menos mal que la yegua se paró en 'seco'!
Ya de adolescente, monté en un caballo 'entero' (sin capar) para ir a que el alcalde me firmara un certificado de buena conducta... Y al volver por la carretera, venía una mujer 'montada' en una yegua... ¡y no te puedes imaginar la que se armó! se encabritó, se levantó de patas delanteras y yo bien agarrado a la silla de montar... y vi un camino y allí me metí, montado en el caballo... lo tranquilicé con palmaditas y esperé un rato... y cuando creí que la mujer ya había pasado, volví a la carretera... y vi a la mujer que había abierto una cancela (puerta de tablas) de una tierra a maíz, y se habían resguardado allí de mi... y estaba esperando... al ver ello, di espuela al caballo y al trote los dejé allí a los dos.
¡Ya no volví a subirme a un caballo!
Saludos