El Gran Secreto
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El arco de triunfo de Tito, en el foro de Roma, muestra la gran menorah (candelabro de seis brazos), las trompetas de plata y lo que podría ser el Arca de la Alianza, todo ello tesoros del templo de Salomón.
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También la ansiedad que demostraron en diversas ocasiones parece apuntar hacia un «terrible secreto» oculto en lo más recóndito de su mente... lo cual tiene mucho sentido si estos sujetos habían sido efectivamente abducidos, con el trauma psíquico que tal suceso puede originar.
La reacción de la Dra. Slater, cuando al término del experimento se le reveló que aquellos nueve sujetos habían sido probablemente abducidos a bordo de una nave extraterrestre, fue de asombro e incredulidad. Budd Hopkins le dijo entonces que algunos de ellos, con sus casos correspondientes, figuraban en su libro sobre abducciones Missing Time (1981), un ejemplar del cual ofreció a la doctora. El resultado de esta revelación fue un apéndice de ocho páginas, que la Dra. Slater añadió a su informe original. Este apéndice decía, entre otras cosas: «La principal y más crítica cuestión es la de si las experiencias reportadas por los nueve sujetos podían ser explicadas estrictamente en base a la psicopatología, es decir, de un desorden mental. La respuesta es un rotundo no.
Si las supuestas abducciones fuesen fantasías confabuladas, basadas en lo que sabemos sobre los desórdenes mentales, en tal caso sólo podrían provenir de mentirosos patológicos, esquizofrénicos paranoides y caracteres muy perturbados y extraordinariamente raros tipos histeroides, sujetos a estados de fuga y/o a múltiples cambios de personalidad... Es importante observar que ninguno de estos sujetos, si tenemos que hacer caso a los datos proporcionados por los tests, caen dentro de ninguna de estas categorías. Por consiguiente, si bien los tests no pueden demostrar en modo alguno la veracidad del informe de abducción por un OVNI, podemos concluir que los hallazgos realizados a través de los tests no están en contradicción con la posibilidad de que las abducciones reportadas hayan ocurrido de hecho. En otras palabras, no existe una aparente explicación psicológica para lo que informan estos sujetos».
Y a continuación la Dra. Slater hace una afirmación obvia: si las personas sometidas a examen hubiesen tenido tales experiencias de abducción, algunos de los resultados obtenidos en los tests ya hubieran sido de esperar.
Los rasgos psíquicos traumáticos que todos los examinados presentaban pueden ser comparados, según la Dra. Slater, a los que presentan las víctimas de una violación, por ejemplo. Pero, aparte de la ansiedad y el sentimiento de «violación» que los nueve presentaban, por lo demás eran personas absolutamente normales. Es más: por encima de lo normal por lo que a inteligencia y creatividad se refiere, aunque su temor subconsciente diera una leve componente paranoide, muy explicable.